El consumo excesivo de pornografía es uno de los comportamientos habituales de las personas que padecen adicción al sexo. La razón principal es la enorme disponibilidad de cibersexo y pornografía online.
Según las estadísticas de Pornhub, en 2017 se registraron en todo el mundo 28.500 billones de búsquedas de porno en internet, una media de 81 millones de visitas al día. En total, se subieron más de 4 millones de vÍdeos a este portal de pornografía, con una duración total que alcanza los ¡68 años! Los datos de Pornhub sitúan a España en el puesto número 12 entre los países que ven más pornografía en esta plataforma.
Otros estudios, como el de Techpump, aseguran que España es el sexto país en cuanto a consumo de porno dentro de las webs que maneja esta empresa. De acuerdo con Techpump, la comunidad de Madrid y en particular la ciudad de Madrid son los lugares con mayor consumo de porno online del país.
La mayoría de expertos señalan que el consumo esporádico de porno no tiene por qué ser necesariamente perjudicial. El problema, una vez más, surge cuando se convierte en algo compulsivo y descontrolado.
¿Internet y la gran abundancia de porno online han contribuido ha multiplicar los casos de adicción al sexo? Hoy día parece indudable. Aunque conviene dejar claro que la pornografía online en sí misma no es el problema, es evidente que cada vez hay más personas que hacen un mal uso de ella, otorgándole un papel protagonista en su vida sexual.
Sexo, la palabra más buscada
Cuando tecleamos la palabra «sexo» en Google, el buscador nos devuelve 440 millones de resultados. Es la palabra más buscada. Obviamente, no todos esos resultados corresponden a pornografía, pero sí reflejan la omnipresencia del sexto en un ámbito, Internet, en el que pasamos cada vez más horas y que ha modificado de forma radical la forma de comunicarnos y relacionarnos, también desde el punto de vista sexual.
Internet nos permite un tipo de sexo sin compromiso, anónimo, gratuito y que muchos consideran más seguro. De hecho, algunas personas con pocas habilidades sociales o que atraviesan una etapa poco estimulante en su vida sexual pueden encontrar en la red contenidos que la enriquezcan puntualmente.
Sin embargo, el sexo por internet también tiene consecuencias negativas, sobre todo en forma de pérdida de control, es decir, de adicción. Las personas, en su mayoría hombres, que consumen pornografía en exceso suelen perder el interés por todo estímulo sexual que no sea el que les llega a través de la pantalla. Esa dependencia va en detrimento de las relaciones sexuales “reales” de pareja.
El abuso de la pornografía tiende a crear un universo sexual alejado de la realidad y a potenciar un sentimiento común en las personas adictas: la inseguridad y el sentimiento de culpa. Por eso, cada vez más, se encierran en prácticas sexuales más obsesivas. Internet les ofrece un «refugio» seguro para su obsesión, aunque poco a poco ese refugio se convierte en una prisión.
Prevención y tratamiento
La prevención de la aparición de la adicción al sexo pasa necesariamente por una mejor educación sexual de los más jóvenes. El hecho de que la pornografía online sea el primer contacto con la sexualidad de muchos adolescentes debería hacernos reflexionar, como sociedad, acerca del tipo de valores, referencias y creencias asociadas al sexo que estamos construyendo.
En general, la pornografía crea una imagen distorsionada de las relaciones sexuales e impide el desarrollo de una sexualidad más basada en el contacto con otras personas. En ciertos casos, esto puede degenerar en trastornos tan serios como la adicción al sexo.
Hay una serie de síntomas que deben alertarnos de que el consumo de pornografía ha rebasado el umbral de lo saludable:
- ¿Ha intentado abandonar o al menos reducir el consumo de pornografía y no lo ha conseguido?
- ¿Utiliza la pornografía para huir de situaciones o sentimientos que le resultan desagradables: ansiedad, culpa, ira, etc.?
- ¿Le obsesiona consultar webs de pornografía, hasta el punto de descuidar sus responsabilidades (trabajo, familia, amigos, etc.) para conectarse?
- ¿El uso que hace de la pornografía le provoca sentimientos de culpa y vergüenza?
- ¿Miente para ocultar su actividad sexual?
- ¿Es incapaz de tener relaciones sexuales sin que medie el uso de pornografía?
Esta batería de preguntas pueden ser útiles para dilucidar si usted o una persona de su entorno padece un consumo descontrolado de pornografía que puede llevar aparejada una adicción al sexo.
En Impasse Adicciones utilizamos este tipo de preguntas para determinar la historia del paciente y planificar el tratamiento más adecuado.
No podemos olvidar que, aunque el cuadro de la adicción presenta rasgos comunes a todas las personas adictas al sexo, las causas y las circunstancias personales de cada una obligan a llevar a cabo un tratamiento de la adicción al sexo totalmente personalizado.