La cocaína ha sido consumida sobre todo en las últimas décadas, desbancando al consumo de heroína propio de los años 80. Esta droga, a pesar de no dejar secuelas físicas demasiado evidentes, sí lo hace con las psicológicas.
Los adictos a la heroína generalmente presentaban un deterioro físico rápido y fácilmente detectable pero, ¿qué ocurre con los efectos del consumo de cocaína ? ¿Sabes cómo actúa esta sustancia en tu organismo?
Efectos del consumo de cocaína a corto plazo
Los efectos de esta sustancia son prácticamente instantáneos tras su consumo. Los síntomas más generalizados son:
- Un estado similar al de alerta, en el que parece que los sentidos están más desarrollados.
- Felicidad, euforia.
- Locuacidad, lucidez mental.
- Hipersensibilidad (al tacto, sonido, a la luz…).
- Disminución de la sensación de fatiga o cansancio.
- Cierta irritabilidad y formas de paranoia.
Hay que tener mucho cuidado con estos efectos porque, mientras a algunas personas parece que les ‘despierta’, les agiliza la mente o les hace sentir más poderosos, se puede dar el caso contrario.
Pueden producirse comportamientos inestables, inesperados, desconfianza hacia los demás o miedos injustificados. Su consumo a largo plazo puede provocar graves trastornos mentales, entre otros efectos.
Efectos a largo plazo del consumo de cocaína
En cuanto a los físicos, si el consumo es de cocaína inhalada pueden ser efectos graves en las fosas nasales, pudiendo sufrir el consumidor una pérdida progresiva del olfato o una perforación del tabique nasal. Además, puede darse un goteo constante, irritación en la garganta, hemorragias nasales, bronquitis, neumonía y problemas laríngeos como ronquera o afonía.
También reducen el apetito por lo que se puede dar una pérdida significativa de peso, o enfermedades como el Parkinson y otros trastornos del movimiento.
En cuanto a los psicológicos: irritabilidad, paranoia, depresión, manías persecutorias, o incluso esquizofrenia. Es común la agresividad la ansiedad y la inquietud.
¿Por qué es tan adictiva?
Debemos saber que la cocaína provoca la producción de dopamina, un neurotransmisor que actúa como un mensajero entre dos neuronas. Cuando la dopamina se genera de forma natural, la neurona de la que ha salido se encarga de reciclarla y así cancela la señal entre las dos neuronas.
Cuando se consume cocaína, esta cancelación no se produce, con lo cual hay una sobreproducción de dopamina que se acumula entre las dos neuronas. El circuito se acaba adaptando a este exceso de dopamina, y es lo que lleva a un consumo cada vez mayor y en menos espacio de tiempo.
¿Cómo actuamos en Impasse con el paciente adicto a la cocaína?
Recuperarse de una adicción a la cocaína, implica comenzar un proceso personal en muchas ocasiones acompañado de psicoterapia. En Impasse buscamos que el paciente experimente un afrontamiento personal y comprenda que el consumo de cocaína carece de sentido.
Contamos con una gran preparación para ayudar a adictos a la cocaína de todas las características: desde un perfil clásico, con una adicción a la cocaína media-alta y ligado a un estatus alto, al mundo de la alta dirección o del espectáculo, hasta a personas de otras capas sociales que comenzaron a consumir con un propósito sexual o lúdico.
Nuestro tratamiento de adicción a la cocaína en Madrid, cuenta con una gran experiencia, por ello, podemos determinar en qué momento del proceso se encuentra el paciente y a partir de ahí ayudarle con su adicción y comenzar a mejorar su vida.
Si tienes un problema con la cocaína, podemos ayudarte a recuperar la ilusión de vivir cada día como si fuera el primero de tu vida.