El consumo prolongado de marihuana tiene como todas las sustancias ilegales un problema fundamental: acaba por dominar la vida del dependiente poco a poco, sin que este se dé cuenta. Un dato: aproximadamente uno de cada cinco españoles ha probado alguna vez la marihuana y su expansión entre la población adolescente se ha duplicado en el último año. A pesar de la normalización del consumo, los efectos del consumo continuado de Marihuana pueden ser peligrosos.
Los consumidores de cannabis, como aquellos dependientes a drogas, suelen normalizar la práctica y piensan que no está haciendo nada malo. De hecho, muchos piensan que fumar porros ni siquiera les afecta de manera directa.
Pero a medida que se consume, la tolerancia aumenta y los dependientes tienen que fumar para sentirse “normales”. Muchas personas se dan cuenta de que necesitan ayuda para alejarse de la práctica, pero lo más frecuente es que sea una persona del entorno más cercano la que de la voz de alarma.
El daño más importante que en algunas personas puede producir el consumo continuado de marihuana es el padecimiento de alteraciones psiquiátricas. Aunque como con todas las drogas podemos realizar una división exhaustiva entre consecuencias a corto y largo plazo.
Efectos a corto plazo
Entre los efectos a corto plazo más frecuentes es posible que en algunas personas cause pánico, ansiedad, mala coordinación de movimientos, reducción del tiempo de reacción, aumento del ritmo cardiaco o distorsión sensorial. Asimismo, podría producir un ‘bajón’ importante después de la subida inicial, un hecho que hace que algunos consumidores se sienta somnoliento y deprimido.
Efectos a largo plazo
Una de las consecuencias del abuso del cannabis es más que evidente: la adicción. Pero si verse sumergido en una espiral sin salida no es suficientemente grave, el consumo prolongado de la marihuana cuenta con efectos a largo plazo más que suficientes.
Afectando de manera directa al entorno social, el consumidor de cannabis suele mostrarse apático, adormecido y con una falta de motivación por las cosas cotidianas evidente. Además, suele padecer de cambios humor constantes lo que provoca un rechazo por su entorno más cercano.
El síndrome de abstinencia
Lo cierto es que a medida que se consume, muchas personas han construido el hábito de fumar durante años, la tolerancia a la sustancia aumenta. Un número importante de pacientes que han pasado por nuestras consultas ni siquiera son conscientes de cómo el cannabis ha tomado el control de su vida. De hecho, suelen darse cuenta de la problemática cuando se les pregunta: ¿Cuánto fue la última vez que estuviste varios meses sin consumir? Tras la reflexión inicial todos se percatan de que, probablemente, no tengan ellos el control sobre la marihuana sino al revés.
Debido a los efectos que hemos mencionado con anterioridad, después de dejar de fumar pueden observarse algunos síndromes de abstinencia dado que el cerebro se esfuerza por fabricar de manera natural lo que antes conseguía con facilidad. Entre los síntomas de abstinencia más comunes podemos encontrar:
- Insomnio, pesadillas, pérdida del apetito sexual
- Depresión, irritabilidad, ansiedad
- Dolores de cabeza, sudores nocturnos
- Pérdida del apetito
Ser conscientes del problema de que provoca la adicción es lo más importante. Por ello, te ayudamos a retomar el control de tu vida para que puedas vivir de manera plena.