La popularización del consumo de la cocaína se debió a que, en un primer momento, esta se consideraba como no adictiva, e incluso un medio para tratar la depresión. Sin embargo, hoy en día se ha comprobado en numerosos estudios que su consumo perjudica el sistema nervioso, por lo que es una sustancia altamente peligrosa.
Cambios en el consumo de cocaína: cocaína y ocio
Hoy en día, el grupo de consumidores de cocaína es cada vez más joven. Además, en nuestro país, esta droga se asocia a clases medias y altas con un estatus consolidado. Esto se debe a que se percibe como una droga que permite desinhibirse, evitar el cansancio e incluso disfrutar más en el sexo.
Estas situaciones, asociadas a las fiestas y la diversión, las protagonizan en su mayoría jóvenes de entre 16 y 30 años, aumentando así el número de consumidores de «dama blanca» en esta franja de edad. La falta de información y conocimiento respecto a los efectos a corto y largo plazo hace que se perciba como una sustancia poco peligrosa que puede ser consumida con cierto control.
Rápida adicción a la cocaína
Los consumidores de cocaína se autoadministran las cantidades de esta sustancia blanca con el fin de mantenerse en un estado eufórico prolongado. Sin embargo, esta autodosificación a menudo escapa de su control, por lo que se terminan consumiendo niveles tan elevados que desembocan en sobredosis e intoxicaciones.
Sin embargo, al ir desapareciendo los efectos de la droga, aparece una sensación de decaimiento, por lo que la persona siente la necesidad de volver a consumir. Unido a ello, la cocaína produce una profunda somnolencia cuando las cantidades consumidas son muy altas. Es aquí, cuando podemos hablar de adicción, aunque el consumo se produzca de forma ocasional.
La tolerancia a la cocaína se desarrolla en un breve espacio de tiempo, por lo que el consumo aumenta con cada dosis e incluso se comienzan a variar las vías de administración, todo por conseguir ese estado de euforia continuo.
A medida que el consumo aumenta paulatinamente, el adicto comienza a padecer abstinencia, por lo que se vuelve a consumir la droga para aliviar los síntomas producidos por esta. Normalmente, esta fase produce un incremento de la ansiedad, irritabilidad y hasta craving, o lo que es lo mismo, un deseo intenso de cocaína.
Consecuencias de la cocaína
Las consecuencias y secuelas a corto plazo pueden conllevar a problemas más graves a lo largo del tiempo, por lo que antes de seguir empleando la cocaína como ocio, acude a un especialista que te acompañe en el proceso de desintoxicación. En Impasse Adicciones contamos con profesionales que te ayudarán a través de sesiones totalmente individualizadas y personalizadas a dejar la cocaína.