El consumo de drogas, sigue siendo un tema de interés nacional, ante el cual el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España plantea diferentes iniciativas para disminuir paulatinamente su consumo entre la población.
Y es que, según su último informe, entre las diferentes drogas que se consumen en España, la cocaína es la segunda droga ilegal más consumida en nuestro país. Preocupa más que los datos respecto a su uso han ido aumentando a lo largo de los años, revelándose que, durante el 2021, al menos un 11’2% de la población de entre 15 y 64 años, afirmó haber probado al menos una vez en la vida esta sustancia.
Esta potente droga llama la atención de tantos ya que promete provocar una sensación de mayor energía, euforia y sensación de control. Sin embargo, incluso el consumo esporádico de coca puede tener efectos dañinos a muy corto plazo.
Efectos nocivos de la cocaína a corto plazo
Al igual que ocurre tras la ingesta de grandes cantidades de alcohol, aquellos que consumen una gran cantidad de cocaína experimentan durante los siguientes días «resaca de coca», también denominada «crash» o «bajada», es decir, un malestar generalizado.
Sin duda, los efectos físicos de la cocaína son la cara visible del consumo de esta sustancia. La agitación que experimentan los consumidores de cocaína se traduce en inquietud, temblores, bruxismo o tics cocainómanos. Y estas son algunas de las consecuencias menos graves que se pueden desencadenar a corto plazo, sin embargo, el efecto perjudicial en el sistema nervioso central es tal que los accidentes cerebrovasculares son comunes entre los consumidores. Los datos revelan que hasta un 30% de los ictus en adultos menores de 40 años se deben al consumo de cocaína, en especial entre las personas de entre 30 y 40 años.
Además, muchos de estos accidentes cerebrosvasculares suelen ser la antesala de convulsiones o episodios epilépticos que podrían desembocar en la intubación traqueal. Y, en última instancia, estos accidentes cerebrosvasculares pueden suponer la muerte súbita cardíaca, en especial, entre aquellas personas que padezcan enfermedades coronarias como arritmias.
Efectos perjudiciales de la cocaína a largo plazo
Uno de las características más peligrosas de la popularmente conocida como «dama blanca» es su capacidad para el desarrollo de conductas adictivas al actuar como refuerzo positivo para su consumo. Como consecuencia los adictos comienzan a instaurar conductas y comportamientos de búsqueda, adquisición y consumo de la droga, que van repitiendo con mayor frecuencia.
El abuso de esta sustancia implica trastornos en la conducta a nivel psicológico, llegando incluso a desarrollar enfermedades cerebrovasculares como cefaleas, hemorragias cerebrales, además de los anteriormente citados ictus. Las cefaleas migrañosas se consideran una secuela que funciona como aliciente al consumo ya que, tras el consumo de la droga, tiende a aparecer un fuerte dolor de cabeza, síntoma que invita a reincidir en el consumo para el alivio momentáneo del dolor.
Los efectos de la cocaína en el cerebro no son las únicas huellas que deja el paso de la cocaína, sino que las enfermedades respiratorias, hepáticas y digestivas se asocian también a su consumo. Asimismo, su inhalación es un factor de riesgo para la perforación del tabique nasal, además, de llegar a producir hemorragias nasales graves.
Cómo tratar a un cocainómano
Desengancharse de la cocaína no es un camino fácil, y por ello, requiere siempre de un acompañamiento psicológico en centros especializados en el tratamiento de adicciones. Los expertos y profesionales en el tratamiento de dependencia en drogas como la cocaína saben cómo intervenir ante esta droga adictivo a través de las técnicas, recursos y terapias personalizadas.
En Impasse llevamos más de 30 años de experiencia en el tratamiento de adictos a la cocaína. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para abandonar las conductas dañinas que producen en ti o en los tuyos el consumo de sustancias.