La adicción al sexo está actualmente catalogada como un trastorno sexual compulsivo-impulsivo en el que la persona que lo padece siente la necesidad continua de practicar sexo. En estos casos, el adicto al sexo no lo practica por placer, sino por ese impulso constante y obsesivo, lo que hace que la práctica sexual deje de ser una actividad de disfrute para la persona, llegando incluso a interferir en la vida diaria de quienes la padecen, tanto en sus relaciones interpersonales y profesionales, como en su propio estado anímico y emocional.
¿Cuáles son las causas de la adicción al sexo?
La adicción al sexo puede tener múltiples causas que interactúan entre sí y que pueden variar de una persona a otra.
Entre los factores biológicos, se ha observado que ciertas variaciones químicas en el cerebro o cambios hormonales pueden contribuir a la adicción al sexo. La dopamina, una sustancia química que se libera cuando se experimenta placer, puede jugar un papel en la adicción al sexo. Asimismo, otros neurotransmisores como la serotonina o la norepirefrina también podrían contribuir al desarrollo de esta adicción.
En cuanto a los factores psicológicos, la adicción al sexo puede ser el resultado de problemas subyacentes como la ansiedad, depresión, trastornos de estrés postraumático y problemas de autoestima. En algunos casos, las personas pueden recurrir al sexo como una forma de lidiar con la soledad, el aburrimiento o el estrés.
Los factores sociales y culturales también pueden desempeñar un papel importante en la adicción al sexo. Por ejemplo, la exposición a la pornografíay los mensajes culturales que promueven el sexo como una forma de obtener poder o aceptación pueden influir en el comportamiento sexual.
Incluso algunos estudios sugieren que ciertas enfermedades o afecciones de la salud como la epilepsia, la demencia o el tratamiento del Parkinson pueden dañar las partes del cerebro encargadas de controlar la conducta sexual.
Es importante mencionar también que el consumo de sustancias adictivas como el alcohol u otras drogas hacen que las probabilidades de caer en una adicción al sexo aumenten.
¿Es la adicción al sexo una enfermedad?
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en la última edición de la CIE-11 el Trastorno por Comportamiento Sexual Compulsivo (TCS) que se caracteriza por:
«un patrón persistente de incapacidad para controlar los impulsos sexuales intensos y repetitivos que llevan a un comportamiento sexual repetitivo. Los síntomas pueden incluir actividades sexuales repetitivas que se convierten en un punto central de la vida de la persona hasta el punto de descuidar la salud y el cuidado personal u otros intereses [...]; numerosos intentos fallidos por reducir significativamente el comportamiento sexual repetitivo; y un comportamiento sexual repetitivo continuo a pesar de las consecuencias adversas o de que deriva poca o ninguna satisfacción. El patrón de incapacidad para controlar los impulsos sexuales intensos y el comportamiento sexual repetitivo resultante se manifiesta durante un período prolongado (por ejemplo, 6 meses o más) y causa un malestar personal marcado o un deterioro significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento».
OMS
Hasta entonces, se empleaba el criterio de la APA que lo clasificaba dentro de la categoría de «Otras disfunciones sexuales especificadas» en su cuarta edición. O utilizando los criterios CIE-10 dentro de la clasificación de «Disfunción sexual no ocasionada por trastornos ni enfermedades orgánicas».
Sin embargo, la APA define la adicción como una dependencia de una sustancia y no de una actividad y, como consecuencia, la adicción al sexo se ha excluido de la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).
¿Qué hacer si creo que tengo una adicción al sexo?
Aunque parece no haber un consenso explícito entre los profesionales del ámbito sobre cómo catalogar a los adictos sexuales, esta puede tener consecuencias determinantes en la vida de quienes la padecen. La hipersexualidad, satiriasis o ninfomanía (algunos de los términos empleados para describir esta afección) son consideradas una compulsividad sexual o patología, como un trastorno sexual o como una adicción según el experto con el que se hable.
En lo que sí están de acuerdo los profesionales es en la necesidad de un diagnóstico personal profesional para conocer la percepción que el individuo tiene sobre la práctica sexual y lo que este considera como un rango desmedido. Solo así se podrá determinar cuál de estas clasificaciones es la más acertada.
Por ello, acudir a un profesional especialista que pueda guiarte y que entienda los diferentes tipos de adicción al sexo es primordial. En Impasse Adicciones nos preocupamos por tu salud mental, por eso, te atendemos de forma individualizada y completamente personalizada para determinar si padeces una adicción al sexo o no. Te acompañaremos en todas las fases del proceso y responderemos a todas tus dudas en un espacio sin tabúes. Llámanos sin compromiso al 667 73 81 89 o al 91 361 66 56, estamos encantados de poder ayudarte en tu proceso.