Consecuencias de la adicción al juego: Cómo la ludopatía afecta tu salud mental a largo plazo

Fernando Botana Núñez

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La ludopatía, también conocida como adicción al juego, es una adicción comportamental que afecta a millones de personas en todo el mundo.  A medida que esta adicción se intensifica, los efectos negativos en la salud mental se vuelven más profundos y duraderos.

En este artículo, exploraremos cómo la ludopatía impacta en el cerebro y cómo puede influir en la salud mental a largo plazo, proporcionando una visión integral de sus efectos psicológicos y emocionales.

¿Qué ocurre en el cerebro de un adicto al juego?

La adicción al juego puede compararse con otras formas de dependencia, como la de las drogas o el alcohol, debido a su impacto en el cerebro. Cuando una persona juega, su cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Esta liberación de dopamina hace que el acto de jugar sea extremadamente gratificante, creando un ciclo de comportamiento compulsivo, llevando a la persona a convertirse en ludópata.

Imagina que cada vez que ganas en un juego, tu cerebro recibe una «explosión» de dopamina, similar a cuando comes tu comida favorita o recibes un cumplido. Esta sensación placentera se convierte en algo que tu cerebro busca repetir una y otra vez. Con el tiempo, el cerebro de un adicto al juego se acostumbra a estos altos niveles de dopamina, y la persona necesita jugar más frecuentemente o apostar cantidades mayores para experimentar el mismo nivel de satisfacción.

Esta búsqueda constante de placer puede llevar a una serie de cambios en el cerebro, similares a los observados en personas con otras adicciones. La corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones y el autocontrol, puede verse afectada, lo que dificulta que el adicto al juego pueda resistir la tentación de apostar.

Impacto en la salud mental

La ludopatía no solo se manifiesta en problemas financieros y sociales inmediatos, sino que sus efectos pueden extenderse a largo plazo, afectando profundamente la salud mental de los individuos. Es fundamental entender estos efectos para poder abordar de manera efectiva el tratamiento y la recuperación. Aquí analizamos algunas de las principales consecuencias de la adicción al juego tanto psicológicas, como emocionales:

Ansiedad y depresión

La presión financiera y social derivada del juego compulsivo puede llevar a altos niveles de ansiedad y depresión. La preocupación constante por las deudas y la necesidad de ocultar el comportamiento de juego pueden llevar a un estado de ansiedad crónica, pudiendo llegar a experimentar síntomas físicos como palpitaciones, sudoración excesiva y dificultad para respirar.

Esta ansiedad puede afectar el rendimiento en el trabajo y las relaciones personales, creando un círculo vicioso donde la única «solución» percibida es volver a jugar para escapar del estrés.

Además, las pérdidas repetidas y la percepción de fracaso pueden llevar a los individuos a sufrir depresión. La falta de control sobre el juego y las consecuencias negativas asociadas pueden llevar a sentimientos de desesperación y tristeza. En casos severos, esta depresión puede dar lugar a pensamientos suicidas o, incluso, intentos de suicidio.

Trastornos de la personalidad

Como se ha mencionado anteriormente, la afectación de la corteza prefrontal en los ludópatas puede llevar a una mayor dificultad para controlar los impulsos, resultando en comportamientos de riesgo y decisiones impulsivas. Con el tiempo, estos patrones pueden volverse más pronunciados y persistentes, transformándose en rasgos permanentes de la personalidad del individuo. La ludopatía también puede fomentar el desarrollo de rasgos narcisistas, ya que los ludópatas suelen centrarse en sus propias necesidades y deseos, volviéndose insensibles a los sentimientos y necesidades de los demás, lo que genera conflictos interpersonales y deterioro de las relaciones.

Además, los cambios en la personalidad de los ludópatas pueden incluir comportamientos paranoides o desconfiados, especialmente si sienten que otros intentan interferir en su comportamiento de juego. Estos pensamientos pueden aumentar la tensión y el conflicto con amigos y familiares, creando un entorno aún más estresante y conflictivo.

Aislamiento social

Los adictos al juego pueden empezar a aislarse de amigos y familiares para ocultar su comportamiento. Esto puede resultar en una red de apoyo reducida, aumentando la sensación de soledad y alienación.

La necesidad de ocultar las pérdidas y el tiempo dedicado al juego puede llevar a mentiras y excusas, erosionando la confianza en las relaciones personales. Este aislamiento social no solo priva al adicto de apoyo emocional, sino que también puede incrementar la dependencia del juego como único escape o fuente de gratificación. Por ello, si conocemos a alguien que esté atravesando esta situación, es crucial estar atentos para ofrecerle nuestro apoyo y poder ayudarle con este problema.

Problemas de sueño

La preocupación constante por el juego y las deudas puede provocar insomnio y otros trastornos del sueño. La falta de descanso adecuado agrava los problemas de salud mental, creando un círculo vicioso.

El estrés y la ansiedad relacionados con el juego pueden interferir con la capacidad para conciliar el sueño o mantener un sueño reparador. La falta de sueño puede llevar a problemas cognitivos como falta de concentración, irritabilidad y un mayor riesgo de desarrollar otros trastornos mentales.

Baja autoestima

Las repetidas pérdidas y la percepción de fracaso pueden afectar gravemente la autoestima de una persona. El sentimiento de culpa y vergüenza asociado con la adicción puede ser abrumador.

La baja autoestima puede llevar a un ciclo de autocrítica y angustia. Los adictos pueden sentirse inútiles o incapaces de cambiar su situación, lo que puede inhibir su capacidad para buscar ayuda o apoyarse en sus redes sociales y familiares. La vergüenza y la culpa pueden perpetuar el aislamiento y la dependencia del juego como mecanismo de escape.

Tratamiento y recuperación

A pesar de las graves consecuencias de la adicción al juego, es importante recordar que la recuperación es posible. Si tú o alguien que conoces está luchando con la ludopatía, buscar ayuda profesional es un paso crucial.

En Impasse Adicciones, contamos con un equipo de expertos dedicados a proporcionar el apoyo y tratamiento necesarios para superar esta adicción. Estamos comprometidos con proporcionar un entorno seguro y de apoyo para que los pacientes puedan explorar las raíces de su adicción y desarrollar estrategias efectivas para gestionar sus impulsos.

Puedes contactarnos llamando al 667 73 81 89 o 91 361 66 56 para conseguir una vida libre de la adicción al juego.

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