En los últimos años, el Kratom ha ganado popularidad como un suplemento natural que promete alivio del dolor, mejora del estado de ánimo e incluso ayuda para dejar otras sustancias adictivas. Sin embargo, detrás de su apariencia inocente como un producto «natural», se esconden riesgos serios para la salud física y mental.
El Kratom, una planta originaria del sudeste asiático, contiene compuestos psicoactivos que pueden producir efectos similares a los opioides, lo que ha generado debates sobre su seguridad y su potencial adictivo. En este artículo exploramos qué es el Kratom, cómo actúa en el organismo y por qué su consumo puede convertirse en un problema grave.
¿Qué es el Kratom?
El Kratom (nombre científico: Mitragyna speciosa) es un árbol originario de países como Tailandia, Malasia e Indonesia. Sus hojas contienen alcaloides activos, principalmente mitraginina y 7-hidroximitraginina, que interactúan con los receptores opioides del cerebro.
- Modos de consumo: las hojas pueden masticarse, prepararse como té, o procesarse en cápsulas, extractos y polvos.
- Legalidad: aunque en algunos países su uso está prohibido o regulado, en otros, incluido España, se comercializa como un suplemento no regulado, lo que facilita su acceso.
¿Cómo actúa el Kratom en el cuerpo?
El Kratom tiene un efecto dual, dependiendo de la dosis consumida:
- Dosis bajas: actúa como un estimulante, aumentando la energía y la alerta.
- Dosis altas: produce efectos sedantes y analgésicos similares a los opioides, provocando relajación e incluso euforia.
Esta versatilidad es parte de lo que lo hace atractivo, pero también peligroso. Los consumidores suelen comenzar con pequeñas dosis para aumentar su energía, pero pronto descubren sus efectos más potentes en dosis altas, lo que incrementa el riesgo de dependencia.
El mito del Kratom como "alternativa segura"
El Kratom a menudo se comercializa como una alternativa segura a los opioides para tratar el dolor o superar adicciones. Sin embargo, su seguridad está lejos de estar garantizada, y su consumo puede tener graves consecuencias:
- Falta de regulación: al no estar regulado en muchos países, los productos de Kratom varían ampliamente en potencia y pureza. Algunos incluso están contaminados con sustancias peligrosas.
- Riesgo de adicción: aunque se promociona como un método para superar otras adicciones, el Kratom en sí mismo puede generar una fuerte dependencia.
- Subestimación de sus efectos: muchas personas lo perciben como «natural» y, por lo tanto, seguro, lo que lleva a un consumo despreocupado que puede resultar en sobredosis.
¿Qué riesgos implica el consumo de Kratom?
El Kratom no es una sustancia inocua. Su consumo prolongado puede llevar a una serie de efectos negativos para la salud física y mental.
Efectos a corto plazo
- Náuseas, vómitos y sudoración excesiva.
- Mareos y confusión.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Cambios en el estado de ánimo, desde euforia hasta ansiedad y paranoia.
Efectos a largo plazo
- Adicción y dependencia: Afecta los mismos receptores opioides que las drogas como la morfina, lo que puede llevar a una dependencia física y psicológica.
- Síntomas de abstinencia: las personas que intentan dejar el Kratom después de un consumo regular pueden experimentar:
- Ansiedad.
- Insomnio.
- Dolores musculares.
- Irritabilidad y cambios de humor.
- Problemas hepáticos y renales: se han reportado casos de daño hepático relacionado con su consumo prolongado.
- Riesgo de sobredosis: aunque menos frecuente que con otros opioides, el abuso de Kratom puede llevar a una sobredosis, con síntomas como sedación extrema, dificultad para respirar o incluso coma.
Señales de adicción al Kratom
Reconocer una posible adicción al Kratom es fundamental para intervenir a tiempo. Algunos de los signos más comunes incluyen:
- Consumo compulsivo: incapacidad para reducir o controlar el uso de Kratom, a pesar de las consecuencias negativas.
- Prioridad al consumo: el Kratom comienza a interferir con la vida diaria, desplazando responsabilidades laborales, sociales o familiares.
- Tolerancia creciente: se necesitan dosis cada vez mayores para lograr los mismos efectos.
- Síntomas de abstinencia: malestar físico y emocional al intentar dejar de consumir.
Conclusión: el Kratom no es tan inofensivo como parece
El Kratom puede parecer una alternativa natural y segura, pero su capacidad para generar dependencia y sus efectos adversos a largo plazo lo convierten en una sustancia peligrosa. Si bien algunos consumidores pueden no experimentar problemas, para muchos otros el Kratom se convierte en una trampa que los atrapa en un ciclo de consumo y adicción.
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