La ayahuasca es una bebida psicoactiva compuesta por dos plantas que crecen en la selva amazónica: la liana selvática Banisteriopsis caapi o yagé y el arbusto Psychotria viridis o chacruna. Esta última contiene el principio psicoactivo DMT, el cual causa intensas alucinaciones en los seres humanos.
Gran parte de las personas que la consumen, afirman que, gracias a la ayahuasca, han conseguido permanecer de 4 a 8 horas en un viaje espiritual. Por ello, los efectos psicotrópicos de esta sustancia pueden compararse con los ocasionados por drogas como el LSD.
Pero, ¿es la ayahuasca una droga?. Si comparamos las características de esta bebida con la definición que la OMS ofrece del término “droga”, podríamos afirmar que la ayahuasca sí es una droga ya que altera el funcionamiento del sistema nervioso central. Sin embargo, la ayahuasca no causa adicción por lo que algunos expertos la prefieren catalogar como una sustancia psicodélica y no como una droga.
Historia de la ayahuasca
La historia de la ayahuasca tiene su origen en los rituales chamánicos que realizaban los indígenas amazónicos hace 2.000 años. Estos grupos utilizaban la ayahuasca con fines médicos, religiosos y mágicos, pero, sobre todo, con el objetivo de conectar al usuario con el mundo espiritual.
Según la tradición de los pueblos indígenas de Perú, Bolivia y Ecuador, esta sustancia permite que el alma de la persona que la consume salga de su cuerpo sin tener que morir. De esta manera, la persona entrará en contacto con los espíritus de la jungla quienes se encargarán de traerle salud, paz y felicidad o todo lo contrario.
La ayahuasca comenzó a consumirse, sobre todo, en zonas rurales de Sudamérica debido al limitado acceso a hospitales que tienen sus habitantes.
A finales de los 90, esta bebida se introdujo en occidente. Se puso de moda en EE.UU. y Europa a finales de la década 2010.
La ayahuasca, hoy en día, se ha convertido en un producto dentro de los muchos que componen el denominado “turismo espiritual”, el cual se aprovecha del deseo de los turistas de vivir experiencias propias del lugar visitado. Por ello, es cada vez más sencillo encontrar en países sudamericanos packs turísticos que ofrezcan un “viaje de ayahuasca completo”.
Asimismo, el número de retiros que ofrecen este tipo de experiencias en España aumenta año tras año.
Ayahuasca efectos
El principio psicoactivo DMT empieza a provocar sensación de euforia y alucinaciones en los 30 o 40 min. posteriores a la ingesta, situándose el pico más alto tras la hora y las dos horas.
Según varios estudios de observación, las personas que consumen ayahuasca son capaces de realizar una introspección mental que les ayuda a obtener revelaciones sobre ellos mismos y su entorno. Este viaje introspectivo puede llegar a ser beneficioso para el tratamiento de trastornos como la depresión, la ansiedad o la adicción a la cocaína y la adicción al alcohol. Sin embargo, estos estudios no son definitivos y siguen en fase de observación.
No obstante, la ayahuasca también provoca efectos adversos como vómitos, diarrea y malestar emocional. Si se consume de manera excesiva o inadecuada puede llegar a ocasionar crisis de ansiedad, esquizofrenia o incluso la muerte.
¿Es legal la ayahuasca?
En España, el DMT está catalogado como una sustancia psicotrópica, al mismo nivel que la heroína y la cocaína. Sin embargo, el caso de la ayahuasca es diferente ya que ésta se sitúa en un vacío legal, siendo Francia y Bélgica los únicos países en los que está prohibida explícitamente.
Ayahuasca para tratar adicciones
Aunque existen distintos estudios clínicos que han confirmado los efectos positivos que la ayahuasca tiene en el tratamiento de adicciones, en Impasse Adicciones no aconsejamos su consumo.
Esta bebida abre la puerta al inconsciente del usuario lo que puede resultar muy perjudicial para aquellas personas que sufren trastornos de adicción.
Hay un gran camino por recorrer en el estudio médico y psicológico de esta sustancia, pero la ciencia todavía no tiene claro los efectos que la ayahuasca puede tener sobre la salud física y mental de quienes la consumen.
